jueves, 17 de noviembre de 2011

Adiccion al celular!!!!!

NOMOFOBIA  ¿LA NUEVA ENFERMEDAD?



INTRODUCCION:

La humanidad está dando pasos agigantados en cuanto a los avances tecnológicos, el primer teléfono celular apareció en el año de 1983 y a partir de ese momento ha evolucionado con una rapidez impresionante, al inicio era un aparato pesado, y con funciones realmente limitadas y básicas, como realizar llamadas o enviar mensajes las cuales permitían mantener a las personas comunicadas en casos de urgencias como algún accidente, quedarse varado en algún sitio, o simplemente comunicarse con familiares lejanos. A diario, se envían millones de SMS en el mundo entero, por todos los lugares oímos sonidos de timbres y melodías de forma constante y, casi  en cualquier lugar: restaurantes, la cola del supermercado, el instituto, el parque,  etc. y vemos muchas personas enganchadas a su fiel teléfono celular para poder estar  continuamente comunicados. El objetivo de este ensayo es determinar si la nomofobia debe ser considerada como una nueva enfermedad.

CUERPO DEL TRABAJO:

“Existe en el ser humano una tendencia a las adicciones en general, que no sólo involucra a sustancias como las drogas o el alcohol, sino que también a toda circunstancia placentera. En la época actual se ha evidenciado que muchos obtienen placer desmesurado en las actividades laborales, entre otras razones porque éstas han ido invadiendo períodos que antes se aislaban del trabajo, como el ocio, las vacaciones y el juego”, explica el doctor Luis Risco, subdirector del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Chile.

El teléfono celular es un aparato que se encuentra en constante cambio y evolución, siempre innovando y ofertando en el mercado las diferentes y nuevas aplicaciones que más allá de cumplir con el objetivo de comunicar, lo han transformado en un modo de entretenimiento y diversión, así las nuevas aplicaciones de juegos, internet, radio o televisión, son factores que han hecho que su demanda crezca.

En este mundo globalizado es difícil encontrar personas sin un teléfono celular. Lo cierto es que más que una necesitad este aparato ha generado una dependencia en sus consumidores a lo que se le ha denominado con el nombre de “nomofobia”. Este término por ser tan moderno y actual, en esta era de la información y la comunicación, es aún desconocido por gran parte de la población.

El problema no radica en el uso del celular en sí mismo, el problema  empieza cuando se abusa de este y se convierte en una adicción, una dependencia y un miedo a salir a la calle sin él.

Para que una persona se haga dependiente, solo basta con que sea una persona que tenga problemas afectivos, con dificultades para hablar con los demás, o que esté en una época difícil de su vida, como es el caso de la Adolescencia en la que se es especialmente vulnerable a los múltiples reclamos que invaden la publicidad, como por ejemplo, que es moda adelgazar, atarse a los videojuegos, comprar productos y más productos, lo que lleva al individuo a querer tener cuanto antes el último modelo del móvil.

Este problema afecta a gran parte de la población especialmente jóvenes y adolescentes que como toda adicción y todo trastorno les genera efectos negativos, se podrían mencionar por ejemplo la distracción que produce hablar por celular mientras se conduce, lo que produce varios accidentes, así como de la nueva lucha anti-celular en las escuelas ya estos distraen a los alumnos y en consecuencia provocan bajo rendimiento escolar, o el hecho de que la persona se desvíe de su entorno familiar, de sus amigos, llegando a un gran sufrimiento emocional. En los casos más graves, se puede llegar a robar y a mentir con tal de tener un móvil porque la adicción es capaz de anular todo nuestro control como personas. 

Salir a la calle sin móvil puede crear inestabilidad, agresividad y dificultades de concentración, indican los expertos. Los primeros estudios revelan que la nomofobia afecta al 53% de los usuarios de teléfonos móviles. La patología afecta más al sector masculino que al femenino. De entre las mujeres, un 48% experimenta ansiedad cuando les queda poca batería o cobertura, mientras que este sentimiento se da en el 58% de los hombres encuestados1

Identificar a una persona con este problema es muy fácil y por desgracia muy común. La persona descuida sus actividades cotidianas y se dedica a vigilar cualquier señal del celular, casi de manera incontrolada y compulsiva. Creen “obligatorio” su uso. Toman fotos constantemente, se intercambian vídeos a todas horas, mandan mensajes y oyen música durante todo su tiempo libre. No pueden pasar 5 minutos sin verificar si existe alguna llamada perdida. Y sienten miedo a extraviarlo, olvidarlo en casa o perderlo de vista por un tiempo considerable.

Ante todo debemos pedir ayuda y no pensar que se puede arreglar con el tiempo, o negarnos el problema, porque a cualquiera le puede ocurrir.

Y, si hemos observado algo en algún amigo nuestro, es posible que no sepa que atraviesa por una nueva enfermedad a la que no se le ha dado la difusión que requiere y que posiblemente sea la causa de muchos de los conflictos que enfrentamos como sociedad.

Emplear algunas técnicas recomendadas pueden ayudar a superarlo

•Cambios en tu relación con el móvil- Un día, lo empezarás a usar solo en determinados momentos del día, lo podrás apagar cuando no lo necesites, y sobre todo aprender a salir sin él. Todo de forma progresiva, para que no produzca un choque y pueda producir ansiedad y nerviosismo.

•Cambios en lo que pensamos que el móvil nos puede dar- Este debe ser una herramienta que nos ayude y no un aparato que controle nuestra vida.  Y, nuestra creencia sobre el celular debe ser la correcta, para que podamos ser libres.

•Comprenderemos el motivo que nos ha llevado a este uso adictivo- A través de nuestras conversaciones con un profesional, nos ayudará a comprender cuál es la raíz del problema que nos ha llevado a realizar un mal uso del celular y lo que ha generado su dependencia

“La terapia debe ser guiada por un equipo especializado que incluya tratamiento farmacológico de las patologías psiquiátricas asociadas y tratamiento psicológico de orientación cognitivo conductual, tanto en un contexto individual como grupal. El apoyo familiar también es muy relevante, especialmente en pacientes adolescentes”, aconseja la doctora Vanessa Cantillano, psiquiatra de la Unidad de Adicciones del Departamento de Psiquiatría de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Es por todo esto que la nomofobia debe ser considerada como una nueva enfermedad, un padecimiento silencioso y progresivo que atenta contra la salud mental de una persona y le genera más conflictos de los que se pudiera imaginar.